1696: año de fundación

Sainville, lugar de fundaciónSainville, lugar de fundación

A principios de 1696, Marie Poussepin deja la ciudad industrial de Dourdan y se instala en Sainville, un pueblecito muy pobre y necesitado. Desea dedicar toda su atención a los más desfavorecidos, especialmente los niños y los enfermos. Pronto se le unen un reducido número de jóvenes, carentes de medios de subsistencia, a las que ayuda enseñándoles a vivir cristianamente y a hacer de su vida un servicio para los demás. Nace así la primera comunidad de Hermanas Dominicas, dedicadas al servicio de la caridad. Toman como ejemplo la Virgen María en su Presentación.

A partir del mismo año 1696, Marie Poussepin inicia las gestiones legales necesarias para lograr la aprobación oficial de la Congregación. Los trámites son largos y laboriosos, y no se obtiene hasta 1724. Los Reglamentos de la Congregación, que ya ha comenzado su expansión por distintas diócesis de Francia, son autorizadas en 1738 por el obispo de Chartres, hecho que significa el reconocimiento por parte de la Iglesia. 

En su último testamento, Marie Poussepin, recomienda a las hermanas tener un vivo celo por la instrucción de la juventud, el cuidado de los pobres enfermos, el espíritu de pobreza y el amor al trabajo.

En su último testamento, Marie Poussepin, recomienda a las hermanas tener un vivo celo por la instrucción de la juventud, el cuidado de los pobres enfermos, el espíritu de pobreza y el amor al trabajo. En la profundidad de su fe, Marie Poussepin comprende que se acerca a la plenitud, 90 años después de haber iniciado su vida, despojada, libre y serena, se entrega a la oración y al silencio. El Señor la viene a buscar el 24 de enero de 1744.  Empieza ahora el tiempo de su Congregación, las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen dan respuesta a las necesidades de la Iglesia y del mundo, se extienden por Europa, América, Asia y África, con la misión de anunciar a Jesucristo, para vivir y morir al servicio de la Iglesia en el ejercicio de la Caridad.
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300 años ¿Espectadoras o constructoras de historia?

Más de 300 años

Haber podido celebrar un tercer centenario de la Congregación (1696-1996) significa no sólo recordar y volvernos a repetir lo que sucedió sino situarnos ante la realidad de nuestra Congregación, de la Iglesia y del mundo. Hoy, cerca de los 325 años seguimos siendo artífices de nuestra historia. 

¿Cómo nos situamos?

No es fácil responder a este interrogante. Podemos ser espectadoras o constructoras de la historia. La vida misma nos va ofreciendo oportunidades de vivencia, reflexión y oración para encontrar la respuesta. Ser espectadoras quiere decir “ver pasar”, mientras que ser constructoras supone "celebrar la historia y construir historia". Así pues, podemos hablar de historia y de Historia.

En la historia

La historia no va muy lejos, es el sencillo sucederse de los hechos día a día, año tras año. Cuentos, fábulas, historietas, pueden explicar, describir, este acontecer de hechos sin lograr desentrañar su sentido profundo. Se puede hacer de la vida una serie de anécdotas y esto tiene su interés. Podemos hablar de nuestro pasado glorioso. Referirnos a la historia como una cronología de hechos también puede ayudar en algunas ocasiones a establecer una sucesión en los mismos: primero, segundo, tercero... Se realiza la crónica de las acciones humanas en sentido riguroso, de tal manera que no se puede alterar el orden en el tiempo. Este estilo de historia está en relación directa con la apologética. Hacer el recuento cronológico de los hechos lleva a analizar los hechos-causa y los hechos-efecto. Se determinan hechos-origen y hechos-consecuencias. Es historia analítica o historia científica que da origen a la tesis-antítesis-síntesis. Se establecen teorías sucesivas en las cuales la vivencia humana es un hecho más causa o efecto de determinadas situaciones. Se plantean teorías y el acontecer humano es una teoría entre tantas otras, poco a poco se pierde el sentido y la razón de ser de nuestra existencia. Se puede caer en la fatalidad y la pasividad.

En la Historia

Es la historia humana como memorial. El acontecer humano tiene su sentido propio y peculiar: el acontecimiento desde donde construimos nuestro ser. Toda la existencia de la humanidad está orientada a un hecho significativo, desde el cual se construye la existencia: No hay hechos aislados y sin sentido, sino que son hechos secuenciales sin datos sueltos y con una pedagogía. No hay acciones externas al ser humano, sino acciones que lo construyen desde su propia realidad, desde su interior. No hay hipótesis y/o teorías, sino realidades en las cuales estamos implicados para dar una respuesta de cambio. No somos espectadores de la historia, no somos pasivos sino constructores de la humanidad.

La memoria de los pueblos nos establece en alianza profunda con los mismos y en un mismo acto somos capaces de traer al presente, para proyectarlo al futuro, todo el pasado, éste es raíz que engendra vida. ¡El futuro es hoy alimentado de la savia del pasado!. Hacer memoria es vivir y revivir, actualizar y recrear. Permite tejer la identidad de pueblo, de pueblo de Dios. Es hacer actual el hecho pasado. Yahveh nos ha sacado de la esclavitud... es hoy que lo está haciendo. La Pascua es el hoy del hecho salvífico. La identidad del pueblo de Dios se afirma en la memoria. No sólo se acuerda sino que celebra el hoy. Jesús hace lo mismo. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin raíces. Actualmente, esta falta de raíces es una de las causas que provoca más deseperanza, depresión e incluso lleva al suicidio.

Cuando en un mismo acto el hombre es capaz de hacer del pasado savia que nutre, la vida irrumpe y celebra: memorial: hace actual un hecho pasado. Hace entrar en el hoy la obra eterna de Dios. Memorial es la capacidad de engendrar vida desde el Proyecto de Dios: “La gloria del hombre en Jesucristo”. Debemos aprender a leer los acontecimientos, ninguno está suelto, hacen que seamos lo que somos.

Entrada al convento de Sainville

La Historia de un Carisma es:

  • Una historia de Salvación.
  • El Don del Espíritu que realiza la Salvación.
  • Una Gracia concreta.
  • La historia de personas que han sabido vivirlo y transmitirlo.
  • La presencia de Dios en nuestro caminar.
  • Fidelidad ininterrumpida y continuada.

Hacer memoria de nuestra historia es hacer memoria de la historia de Salvación.

Significación del hoy para cada una de nosotras:

  • 1696: Marie Poussepin comienza a construir su casa.
  • 1996 (300 años): Continua y hace actual la misma tarea de construcción.
  • Hoy: Actualizamos la Obra de Dios. Debemos sentir nuestras raíces en función de la identidad. Proceso que exige nuestra fidelidad. El hoy siempre asusta. Tarea de hacer advenir el Reino.  

Historia misionera de la Congregación

  • El secreto de la actualidad misionera.
  • Grandes etapas.
  • Momentos de crisis y de crecimiento.
  • ¿Cómo mirar los tres siglos de historia?
  • ¿Cuál es la misión, hoy?

El secreto de actualidad misionera

Toda la historia de la Congregación es una historia misionera. La Congregación nace para la misión y se renueva, revisa, en ella. También se evalúa y proyecta para la misión. El paso de Dourdan a Sainville es un acto fundador. Acto fundante que nace de la misericordia de toda acción apostólica. En cualquier movimiento misionero siempre hay movimiento, tensión, renuncia, ruptura. Es entrega a Dios y dedicación a los demás. Es leer con inteligencia el pasado y continuar.

Su originalidad consiste entre la relación de vida monástica y una vida apostólica. Hay una mirada prioritaria a Dios y al prójimo. La totalidad de vida se entrega a Dios (vida monástica) y al hombre (vida apostólica). O continuamos así o no seguimos el Carisma. Debemos tener: dimensión de estudio de Dios y disponibilidad total. Marie Poussepin responde a una doble estructuración que se vuelve una sola (vida monástica y apostólica en una). La vida en Sainville era armonizada: oración-contemplación, silencio, estudio, encuentro fraterno y actividad apostólica. La Hna. Dominica de la Presentación está en armonía en todos los puntos.

Al final del primer siglo de historia había 35 comunidades, en el segundo 100 en 5 países y hoy estamos en 36 países. Todo ha cambiado pero nada ha acabado con la unidad de la Congregación. Lo esencial permanece. La Obra permanece porque Marie Poussepin no se limita a las obras, la impulsa la salvación de los hombres, donde quiera que sean llamadas. Hace 300 años era una verdadera intuición profética. La necesidad de la Salvación, la construcción del ser humano no va a pasar. 

La educación y la salud son las obras externas que surgen de nuestro carisma porque abarcan la totalidad del ser humano. La doble pasión por Dios y los hombres

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Al servicio de la Caridad

 Escultura de Marie Poussepin, en la Casa MadreEscultura de Marie Poussepin, en la Casa Madre

 

LA VIDA DE MARIE POUSSEPIN EN PEQUEÑOS CAPÍTULOS

Fuente: Librito "Una vida al servicio de la Caridad", con textos: Hnas. Ángela Anta y Myriam Botero

Los tiempos dejan huella

Cada época tiene sus luces, y sus sombras, sus logros y sus miserias, pero Dios suscita para remediarlos, hombres o mujeres a quiénes constituye "ministros de su Providencia", para que a través de su vida y de su misión, manifiesten los designios de Amor del Amor de Dios hacia los hombres.

En el siglo XVII el rostro de Francia tiene impresas las cicatrices de la guerra de la Fronda. El Jansenismo se vislumbra ya en el horizonte. Los poderosos se divierten en los esplendores de la Corte, mientras que grandes masas de campesinos hambrientos, van errantes por los caminos.

El 14 de octubre de 1653, nace en Dourdan, ciudad próspera por sus manufacturas, una niña cuya misión va a ser la respuesta a la invitación de Dios para cumplir su plan providencial en la historia. Esta niña se llama Marie.


Comerciantes cristianos, miembros activos de su parroquia

Los padres de Marie, Claude Poussepin y Julienne Fourrier, forman un hogar eminentemente cristiano y parroquial. A Marie, la hija mayor, siguen Anne, Julienne, Elisabeth y tres hermanos llamados Claude, todos nacidos entre 1653 y 1662.

Marie es bautizada el mismo día de su nacimiento por el párroco de la iglesia de San Pedro de Dourdan, el señor Etienne Legou. Su madrina es su tía Marie, hermana de Claude y mujer de Jean Lefèbvre. 

Claude, padre, dirige en Dourdan una fábrica de medias, y es miembro del consejo parroquial. Julienne, la madre, pertenece a la Cofradía de la Caridad de San Pedro, sociedad muy activa que asiste a los pobres y proporciona cuidados físicos y espirituales de los enfermos más necesitados. En este ambiente de caridad y atención a cuanto la rodea crece Marie. En la escuela de las Hermanas de la Instrucción Cristiana, completa su formación humana y su educación en la fe.


En la escuela de la vida

Conscientes de sus deberes, Claude y Julienne dan a sus hijos un hogar profundamente cristiano, que garantiza la armonía y el bienestar. Padres e hijos se aman y respetan entre sí y se ven rodeados de la estimación de la gente de Dourdan. Además de su responsabilidad en la fábrica, Claude es nombrado recaudador de impuestos de la comarca y Julienne, tesorera de la Cofradía de Caridad. A estos innegables signos de confianza hacia sus padres, se suman más tarde los que, tanto amigos y parientes dan a Marie al hacerla madrina de bautismo de sus hijos.

Entre 1660 y 1675, la familia Poussepin sufre duras pruebas: la muerte de los abuelos, la de las tres hermanas de Marie: Anne, Julienne y Elisabeth, siendo aún muy jóvenes. Mueren también los dos Claude mayores y Julienne, la madre. El patrimonio familiar, lo mismo que el buen nombre del padre, se ven amenazados a causa del robo del que fue víctima en su empleo de cobrador de impuestos. Esta circunstancia le obliga a dejar Dourdan por algún tiempo y a ceder la administración de sus bienes a su hija Marie.

Con coraje y audacia, Marie se hace responsable de la subsistencia y educación del pequeño Claude, toma sobre sí la pesada carga de la deuda de su padre, y asume la dirección de la fábrica sin dejar el cargo que tiene en la Cofradía, desde la muerte de su madre.


Industrial solidaria: los aprendices se benefician de su iniciativa

La fábrica de medias de seda prospera rápidamente. Muchos jóvenes aprendices, casi niños, se benefician de la caridad inteligente de Marie Poussepin, esta mujer que todo lo prevé y organiza y que sabe ir más allá de la justicia de la ley. Les enseña el arte del tejido, les ofrece habitación, comida y cuanto hace falta para su sustento, les enseña a leer y escribir, como se hace en otros talleres donde hay aprendices. Pero adopta una iniciativa excepcional en su tiempo: como a los chicos no se les puede imponer un trabajo fijo, sus familias deben pagar un alto precio por el aprendizaje. Esta cantidad es onerosa para los más pobres, Marie lo comprende y les proporciona cuanto comporta el aprendizaje de forma gratuita o de acuerdo con sus posibilidades económicas.

Claude padre, muere en Dourdan en 1683 y deja todo en manos de Marie. Los años pasados frente a la fábrica, su trabajo con los aprendices, las orientaciones de su tío Jean Lefèbvre, también industrial del tejido de seda y lana, y su gran visión de futuro, la llevan a intuir que el negocio debe crecer y actualizarse de manera acorde con las nuevas tecnologías, nacidas de la primera Revolución Industrial inglesa, y que a finales del siglo XVII dejan su impronta en Francia.

Compra nuevas máquinas para el taller, trae instructores competentes para enseñar su manejo, introduce modificaciones importantes que actualizan y mejoran los contratos con los aprendices, ahora mayores de catorce años, establece entre ellos una sana emulación fijándoles un trabajo semanal mínimo y una retribución proporcional por el trabajo suplementario. La industria de tejidos de Dourdan llega a ser, con la introducción de las máquinas, la segunda de Francia, después de la de París.


Dios prepara sus caminos

Tras procurar a su hermano Claude una sólida formación y prepararlo para asumir la responsabilidad de la fábrica, Marie comienza a delegar en él todos los asuntos de la empresa, en 1689 ya no firma los contratos. Empieza una nueva etapa de su vida. 

Hacia 1682 el P. François Mespolié, fraile de la orden dominicana, visita Dourdan. A través de su predicación, Marie entra en contacto con la espiritualidad sencilla, clara y profunda de Domingo de Guzmán, comprende que es un camino que Dios le señala y se hace Terciaria Dominica. Este acontecimiento marcará después la identidad de su familia religiosa.

Liberada de las obligaciones de la industria familiar, asume con renovada decisión la atención directa e inmediata a muchos pobres y enfermos de Dourdan como miembro de la Cofradía de la Caridad, impulsada por el dinamismo apostólico dominicano. La crudeza del invierno de 1693 - 1694 causa muchas muertes en Dourdan y deja enfermas a gran número de personas. Una de ellas, Marie Olivier, viuda sin hijos y muy pobre, llama a la puerta de Marie para pedir el socorro de la Cofradía. Su situación era tal que Marie no duda en acogerla en su propia casa, compartir con ella cuanto posee y cuidarla hasta su muerte.

Este periodo de transición, que se inicia en 1689, cuando deja la empresa familiar, habrá de prolongarse hasta 1695. Es una etapa de silencio, reflexión e intenso ejercicio de caridad. Dios la prepara de ese modo para llevar adelante sus planes.

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Infancia y juventud

 

Único retrato original de Marie PoussepinÚnico retrato original de Marie PoussepinMarie Poussepin nace el 14 de octubre de 1653 en Dourdan, población próspera, cercana a París, perteneciente a la diócesis de Chartres. Los padres de Marie, Claude Poussepin y Julienne Fourrier, forman un hogar con sólidas convicciones cristianas que transmiten a sus hijos. Marie es la mayor de siete hermanos, todos murieron muy jóvenes, exceptuando el más pequeño, Claude.

La familia Poussepin se dedica, al igual que otras de su misma ciudad, a la fabricación artesanal de medias de seda. La industria familiar es floreciente y cuenta con la colaboración de numerosos aprendices jóvenes que se forman en el oficio. En 1684, Marie Poussepin lleva la total responsabilidad de este taller, después de la muerte de sus padres. Francia vive en este momento profundas transformaciones sociales y económicas. Como mujer de empresa se adapta bien a estos cambios y, sin temor, introduce en su fábrica maquinaria nueva, importada de Inglaterra y abandona la seda para tejer con lana. De este modo, Marie se convierte en pionera de una industria nueva. Poco a poco, Marie deja la dirección del negocio en manos de su hermano. Será en 1691 cuando Marie Poussepin se desprende de toda responsabilidad empresarial.

Desde muy joven, cuando aun vivía su madre, Marie era miembro activo de la Cofradía de la Caridad establecida en su parroquia

Desde muy joven, cuando aun vivía su madre, Marie era miembro activo de la Cofradía de la Caridad establecida en su parroquia. Ahora, liberada de las obligaciones comerciales, se puede dedicar más intensamente a las obras de caridad. Los últimos años del siglo XVII no fueron fáciles para estas regiones de Francia, el hambre y las epidemias eran abundantes y aumentaba el número de pobres y enfermos. Hacia 1692, el P. François Mespolié, dominico, visita Dourdan. Así, Marie Poussepin conoce la Orden dominicana y halla en ella una respuesta a sus deseos de una vida espiritual más intensa. Comprende que es el camino que Dios le señala y decide formar parte de la Tercera Orden de Santo Domingo. Este hecho marcará luego a la Congregación.

Placa en Dourdan que recuerda el bautizo de Marie PoussepinPlaca en Dourdan que recuerda el bautizo de Marie Poussepin

 

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Marie Poussepin y la juventud

Por Hna. Gemma Morató

OBRA DE LA PROVIDENCIA

Marie Poussepin y su "Obra de la Providencia" dan para escribir numerosas páginas para recordar y volverse a impregnar de todo lo que hizo esta sierva de Dios. Así pues, este escrito pretende reflexionar sobre un campo concreto: los jóvenes, predilectos para la misión que el Señor encomendó a nuestra Madre Fundadora. Bien seguro que 1696 no fue un año fácil para Marie Poussepin. Ahora, después de más 300 años, lo podemos leer de diferentes formas. Pero lo más importante es que sepamos impregnarnos del espíritu de nuestra Fundadora y obrar como ella hizo, con audacia, prudencia y entrega total al Señor. Redescubramos en estas páginas que quiere Marie Poussepin de nosotras y que desea para la juventud actual.
 

introducción

Marie Poussepin siempre pensó en la juventud. Cuántas veces hemos oído, leído, reflexionado, que fundó en Sainville "una Comunidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, para utilidad de la parroquia, para la instrucción de la juventud y el servicio a los pobres enfermos" (I.P.). Desde el principio Marie Poussepin trabajó con y para los jóvenes. Su deseo de responder a la llamada de Dios y a las necesidades de los hombres hizo de la juventud un objetivo para la misión encargada a su comunidad. Una comunidad realmente dominicana que se ampara bajo la protección de la Virgen Maria. (Cfr. I.P.). La Orden, a través de los últimos capítulos generales de los frailes y de las congregaciones femeninas, ha puesto de manifiesto la urgencia de una presencia evangelizadora en el mundo de los jóvenes. Es necesario buscar formas de actuación desde nuestro carisma, para el servicio de los jóvenes. Es una prioridad para los dominicos/as de hoy.

Marie Poussepin parte a Sainville y "allá se propone establecer con algunas jóvenes pobres del lugar una Comunidad...". (I.P.). Vivimos en un mundo en el cual aún hay muchos jóvenes pobres, no padecen la misma pobreza que los de 1696, pero sí, una pobreza que mantiene vigente, después de 300 años, la misión que nos encomendó Nuestra Madre Fundadora. 

En los últimos capítulos generales de los frailes se remarca que la Orden debe tomar conciencia de la necesidad que tienen los jóvenes de ser evangelizados. En el capítulo de Ávila ya se afirmaba que: "para nosotros, los creyentes, este mundo de los jóvenes tiene necesidad de la Buena Nueva de la Salvación, del anuncio de la liberación del pecado, de la muerte y de la ley". (Cfr. Rom. 5, 12-21). Y en el de Caleruega se exhortaba a "proponer explícitamente a los jóvenes el carisma y la vocación de la Orden, asociándolos a nuestra misión, si se ve conveniente con un compromiso temporal". Estas exhortaciones hechas a finales del siglo XX no han de ser nuevas para nosotras. Marie Poussepin y Sto. Domingo tenían una especial preferencia: evangelizar a la juventud.

Sto. Domingo se acercaba a los jóvenes, disfrutaba estando con ellos, era confidente de los estudiantes de Bolonia con quiénes gustaba conversar. Marie Poussepin "tomó consigo jóvenes del campo, sin asilo y sin recursos". Los jóvenes de hoy necesitan que se les acompañe, que se les ayude a salir del "campo" donde están inmersos "sin asilo" y "sin recursos". Un "campo" que actualmente es la sociedad del siglo XXI. En este tercer milenio la juventud no sabe donde recostar la cabeza. No encuentra una base firme para asentar su vida y no tiene, porque no se le ha dado, recursos para llegar a Dios.

"La juventud no es solamente un periodo de la vida correspondiente a un determinado numero de años, sino que es, un tiempo dado por la Providencia a cada hombre, tiempo que se le ha dado como tarea, durante el cual busca, como el joven del Evangelio (Mc. 10, 17), la respuesta a los interrogantes fundamentales. No sólo el sentido de la vida, sino también un plan concreto para comenzar a construir su vida. (Juan Pablo II). Por tanto, "uno de nuestros principales deberes es la instrucción y la educación de la juventud". (I.P.). Y por eso, Marie Poussepin insiste: "de todas las obras de Caridad, es está la que puede procurar la mayor gloria a Dios y más ventajas a los hombres, sobre todo cuando se emplea en sembrar en los corazones aún tiernos las semillas de la piedad". (R. XXVII).

Dar mayor gloria a Dios trabajando con la juventud. Pero para trabajar y sembrar en ellos se "debe amar lo que es esencial para la juventud". (Juan Pablo II). No siempre resulta fácil comprender y conectar con los jóvenes pero debemos saber escuchar. "A los jóvenes les hago tomar conciencia de esto: No es más importante, en absoluto, lo que yo os vaya a decir; lo importante es lo que vosotros me digáis...". (Juan Pablo II). Escuchar ha de ser uno de nuestros objetivos para con los jóvenes. Escuchar para evangelizar. Debemos evangelizar, en la medida de nuestros recursos y en función de nuestro carisma, a este mundo juvenil con sus heridas y alienaciones. Esta escucha hará que nuestra vida sea diferente y tenga una visión más amplia del mundo. Porqué "tenemos necesidad del entusiasmo de los jóvenes. Tenemos necesidad de la alegría de vivir que tienen los jóvenes. En ella se refleja algo de la alegría original que Dios tuvo al crear al hombre" ( Juan Pablo II ).

La juventud nos necesita y nosotros necesitamos de ellos. Demos, pues, el primer paso. Nuestro servicio evangélico entre los jóvenes debería situarse en la línea de nuestros predecesores en la Orden. Marie Poussepin se refiere varias veces a las niñas, que bien puede entenderse como "jóvenes". La Fundadora recomienda ponerse al alcance de la juventud (Cfr. R. XXVII) y tener "mucha ternura y vigilancia respecto a las niñas que educáis" (R.G.). La juventud necesita personas que les guíen en su proceso de crecimiento, "Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres". (Lc. 2, 40). "Así pues, la juventud es un "crecimiento". Y esta cita evangélica parece ser particularmente sintética y sugestiva. El crecimiento "en edad" se refiere a la relación natural del hombre con el tiempo. Pero es necesario que a este proceso corresponda el crecimiento "en sabiduría y en gracia". (Juan Pablo II).

"Tratad de haceros temer y amar a la vez" (R.G.) porque el joven necesita de nosotras a cada momento y exige que sepamos amarlo pero, también, mantenerlo a raya cuando le conviene. "Sed dulce sin debilidad, firme sin dureza, grave sin altivez" (R.G.), de esta forma Marie Poussepin se acerca al joven, lo escucha, comprende y "corrige sin cólera" (R.G.). "La juventud todo lo capta, todo lo juzga, opina sobre todo, le cuesta perdonar lo que considera injusto. Aunque en ciertas ocasiones no lo parezca, la juventud es un terreno moldeable, receptivo, influenciable, ávido de recibir, por eso "Dios os pedirá de esto una cuenta rigurosa" (R.G.) de cuanto habéis hecho con ellos y por ellos". (RG. EEV'95).

"Cuando el presunto carisma o espiritualidad dominicana no encuentran seguidores quizá es una señal inequívoca de que necesitan ser recreados proféticamente. Cuando no hay "novicios" -nuevos seguidores-, quizá es tiempo de cambiar para volver a ser fieles. Quizá es un signo inequívoco de que los dominicos y dominicas deben hacer un quiebro o buscar una reacción contracultural, para que el carisma tenga nuevos seguidores" (E.D.). Estamos seguras de que el carisma de Marie Poussepin es válido hoy día, por tanto recobremos nuestros valores y pongámonos a trabajar.

Este texto pretende explicitar los rasgos de nuestra identidad, oferta válida para los jóvenes de hoy. Son "nuestros acentos", ese estilo de Marie Poussepin y de Sto. Domingo, que aporta algo peculiar, nuevo hoy como ayer, transformante, capaz de entusiasmar a esos jóvenes que se sienten llamados por el Señor. Y que deben ser evangelizadores de otros jóvenes, desde el poder de la Palabra, la misericordia, la vida fraterna, el estudio y la búsqueda permanente de la Verdad. "!Es la hora de una nueva acción!. La compasión de Jesús por la multitud hambrienta de pan y palabra (Mc. 6, 34), fue la misma de Marie Poussepin por los jóvenes sin orientación, sin educación, sin futuro... y ha de ser también la nuestra en este momento de la historia" (50º C.G.), "hoy es el momento favorable" (54º C.G.).

ELEMENTOS ESENCIALES DE NUESTRA IDENTIDAD

Domingo de Guzmán no pretendió convertirse él mismo en objetivo de seguimiento, simplemente
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Nuestra única fundadora

Marie Poussepin, formadoraMarie Poussepin, formadora

¿ES MARIE POUSSEPIN NUESTRA ÚNICA FUNDADORA?

Marie Poussepin fue nuestra única fundadora. No lo fue ni San Vicente de Paúl, pues Marie Poussepin ni lo conoció, ni tampoco el P. François Mespolié, dominico. De este último no podemos ni afirmar que fuera cofundador, le ayudó pero jamás fundó y estuvo presente en la donación que Marie Poussepin hizo a Noêlle Mesnard.

Marie Poussepin nos ha fundado financieramente, ella lo pagó todo. Puso todo lo que tenía al servicio de su fundación, “no poseo nada”, dirá. Es por eso que pide hacerle la caridad de decir la misa por ella cada domingo. Es fundadora por su trabajo y por buscar la aprobación del rey y del obispo. Esperó con paciencia las Cartas Patentes del rey y la aprobación del obispo, durante 12 años que se hicieron eternos.

Como Fundadora nos dio la regla con sus intenciones y voluntades: Los REGLAMENTOS. 

HISTORIA DE LOS REGLAMENTOS

Son tres las fechas claves al hablar de los Reglamentos: 1696, 1724, 1739.

1696: fundación

(Pagó la casa en dos veces, finales de 1696 y la otra en 1697. No podía donar la casa sino después de esta fecha cuando ya estuviera pagada). En la donación a Noêlle Mesnard explicita sus intenciones de fundación:

- De la Tercera Orden de Santo Domingo para utilidad de la parroquia.
- Quiere una comunidad. No cohabitación de terciarias dominicas sino vida común regular con una superiora y una regla. Marie Poussepin no podía fundar una comunidad religiosa con votos pues eso, en ese momento, era sólo para la clausura.

Marie Poussepin es la primera en la Orden Dominicana en imaginar una Tercera Orden con regla, vida común y superiora

Marie Poussepin es la primera en la Orden Dominicana en imaginar una Tercera Orden con regla, vida común y superiora. Ya que la Tercera Orden estaba formada por laicos, casados o no, piadosos que seguían un reglamento de piedad que no era una regla religiosa. Recordemos que ella ya entró en la Tercera Orden en Dourdan. Nuestra Fundadora quería una verdadera comunidad (vida común, superiora, regla). Será en el siglo XIX que se extienden las terciarias regulares, antes sólo eran seculares. Marie Poussepin es la primera que cumple con esta novedad para el apostolado. Por eso, los Dominicos no autorizaban la comunidad y se necesitó más de un siglo y medio para reconocer a la Congregación. No es hasta 1959 cuando el Maestro General da la filiación completa. En esa época la Orden no hizo nada para la Congregación pues esa forma de vida no existía. El Maestro General que más o menos aceptó la Congregación fue el P. Antonin Cloche, amigo del P. Mespolié y de la misma provincia.

1712

Surgen dificultades con el obispo de Chartres. El Maestro General gracias al P. Mespolié da al cura de Sainville la potestad de recibir a las hermanas en la Tercera Orden. Había también problemas entre los dominicos del convento de Chartres y el obispo. Un obispo no podía autorizar una comunidad si no había autorización civil. Marie Poussepin se informa en París con un abogado para saber cómo legar la comunidad si a ella le pasaba algo. El consejo es solicitar las Cartas Patentes, que tardaría 12 años en obtener.

1720

El Maestro General Cloche, muere. Los sucesores (uno de Cerdeña y otro español) no sabían nada de Francia, y la comunidad de Sainville era demasiado pequeña para que captaran los problemas. No se podía esperar nada por este lado.

Reglamentos de 1739

1724: Cartas Patentes

Luís XV, de 10 años, autoriza las Cartas Patentes con dos condiciones:

- Aceptación del obispo.
- Investigación de lo que piensa la gente (Asamblea del commodo et incommodo).

Y el obispo acepta pero también con dos condiciones:

- Sólo bajo su autoridad.
- Que él dé las reglas y nombre al superior.

Marie Poussepin se someterá al obispo.

1739: Reglamentos de Sainville

En 1739 se publican los Reglamentos en Chartres. Son 14 años entre 1724 y 1738; y Marie Poussepin está sobrecargada de trabajo y no tiene mucho tiempo para escribir. Está sola, el P. Mespolié ha muerto y el superior le da poco apoyo.

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Presentes en 36 países

Servicio y anuncio 

Por Hna. Myriam Botero

Un grupo de aquellas primeras mujeres francesas que se unió al proyecto de Marie Poussepin, a mediados del siglo XIX, dio un paso audaz para ir a otros continentes, a otros países: Irak, Colombia, España… porque estaban convencidas de que el servicio no conoce fronteras ni se puede acallar el anuncio de la buena noticia. Allí encontraron la misma humanidad bajo diferentes apariencias, pero encontraron también a Jesús que se les adelantó en el camino… Él confortó y dio sentido a lo que hicieron las primeras y sigue confortando y dando sentido a quienes, después, han ido y hecho suyos los 36 países en los que nos encontramos actualmente.

Hoy las Dominicas de la Presentación formamos un grupo variopinto. Aquí y allí van surgiendo nuevos brotes que se conjugan armoniosamente en la misma tarea del servicio y el anuncio: desde la Patagonia en la lejana Chile hasta el norte industrializado en los Estados Unidos; desde la milenaria Europa hasta las tórridas y sedientas tierras africanas; desde el legendario Irak hasta las novísimas e incontables islas Filipinas, pasando por India y Corea. Todo un mosaico de color en el que las diferencias hacen patente el rostro de Jesús, amado, seguido y anunciado; razón de ser única y definitiva de nuestra familia en la Iglesia. 

Pont d'IncaColegio de Pont d'Inca

Hoy es el tiempo favorable

Por Hna. Blanca Aurora Marín
 
En comunión con la Iglesia, pueblo de Dios,las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación somos una Congregación religiosa de vida apostólica, de derecho pontificio, de diversas lenguas y culturas, al servicio de la parroquia, la educación, la salud y la promoción social, presente hoy en cuatro continentes y 36 países. El 54º capítulo general, celebrado en agosto de 2014 en Tours, Francia, señaló los retos y desafíos para el hoy de la Congregación. El capítulo determinó este tiempo, como tiempo favorable que Dios nos presenta para responder a las llamadas de la Iglesia, el mundo y la Congregación:
 
  • Tiempo favorable para fortalecer la vida comunitaria a nivel fraterno y espiritual. 
  • Tiempo favorable para recrear un nuevo mapa misionero que dé respuesta a las urgencias del mundo de hoy.
  • Tiempo favorable para vivir la comunión centrada en la Palabra, que nos impulsa a servir a la conversación de Dios con el mundo y del mundo con Dios.
  • Tiempo favorable para construir fraternidad sin fronteras, fomentar la cultura del encuentro y la comunión.
  • Tiempo favorable para compartir con otros la experiencia de fe y promover con renovado impulso la globalización de la misericordia, la solidaridad, la justicia y el respeto a la dignidad de la persona.
  • Tiempo favorable para un servicio de gobierno y autoridad al servicio de la comunión y el bien común.
  • Tiempo favorable para responder a los desafíos de hoy concernientes a la formación, la vida comunitaria y la misión.
  • Tiempo favorable para crecer en conocimiento, apoyo y solidaridad entre las distintas estructuras de la Congregación.
  • Tiempo favorable para hacer por los hermanos que sufren, todo lo que la caridad pueda inspirarnos.

 

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FECHAS Y DATOS DESTACABLES

Beata Marie Poussepin

  • Fiesta: 14 de octubre.
  • Lugar y fecha de nacimiento de la fundadora: Dourdan (Francia), 14 de octubre de 1653.
  • Lugar y fecha de la muerte: Sainville (Francia), 24 de enero de 1744.
  • Lugar donde se veneran sus restos: Tours, Francia (Casa Madre de la Congregación).
  • Fecha de la beatificación y Papa: 20 de noviembre de 1994 por Juan Pablo II.
  • Fecha y lugar de incoación del proceso: Roma, 27 de junio de 1923.
  • Nombre completo de la Congregación: Hnas. de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen.
  • Casa General: Via Valdieri, 4, 00135 Roma.
  • Carisma: Servicio de la Caridad. Atención a pobres, enfermos, jóvenes y a la parroquia.
  • Número de miembros del Instituto: 1930.
  • Actividades que se desarrollan: Enseñanza, salud y organismos de Iglesia, especialmente tareas parroquiales.
  • Web oficial de la Congregación: www.domipresen.com
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