Dominicas de la Presentación

Mujeres bautizadas a quienes Jesús ha ido sorprendiendo con su amor, en el camino de la vida, y que un día nos invitó a vivir su Evangelio en fraternidad; por eso nos llamamos hermanas.

Le hemos respondido, unas antes, otras después, a partir de 1696 cuando Marie Poussepin, en un pequeño pueblo de Francia, llamado Sainville y desolado por la guerra y el hambre; descubrió que Dios le pedía dedicar su vida a entregarse a Él en los más pobres; dedicándoles su tiempo, sus posibilidades, su trabajo. Sin descuidar a ninguno, comprendió que niños y jóvenes eran los más vulnerables, y compartió con ellos su talento creativo y emprendedor, capacitándolos para la vida y el trabajo industrial, y ayudándoles a descubrir el sentido de sus vidas en la persona de Jesús.

Allí en Francia, Marie Poussepin fue la primera HERMANA de nuestra familia; la que captó lo que Dios quería de ella y de quienes se unieran a su proyecto, en ese momento de la historia, y en aquel pequeño pueblo desconocido de Sanville. Su coraje y fe inquebrantables pusieron las bases de la que después ha llegado a ser la Congregación de Hermanas de la Caridad, Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen.

Por Hna. Myriam Botero

Sainville (Francia)